En la ruta: crónica de un finde musical en Uruguay.

Escrito por: Fernanda Torrejón

Para los que no nacimos con la visa bajo el brazo pero sí con las ganas de huevear bien latentes, hacemos hasta lo imposible para que cada peso valga la pena. Ahora, imaginemos esta misma situación en un país extranjero y aterricémoslo en Uruguay. Sí, ese mismo que sale en la tele con todas sus maravillasy ahora sumémosle que es uno de los más caros.

Entonces, ¿qué hacemos con esas ganas de juerga tan propias del chileno? Las calmamos tomando como sea y aprovechando cualquier evento gratis.

Si le dan ganas de dejarse caer por la república oriental, tenga en cuenta que hay dos bandas que suman puntos si se las tiene incorporadas a priori: Buenos Muchachos y La Vela Puerca. De ellas, vi a la primera el viernes en Canelones, como a 1 hora de Montevideo. Bandaza. El grupo que los teloneaba, Chetco Howma, oriundo de Santa Lucía, una localidad cercana, inauguró la noche con una vibra electroacústica de esas que dan ganas de zamparse un litro y dejarse llevar. Pero lo interesante acá es que el creador del proyecto también es bajista de No Somos Nadie, los mismos que en diciembre estuvieron en Chile tocando donde René y en el Centro Cultural Alameda mientras piscoleaban con Bagual. Tate ahí. Puede encontrarlos en vimeo aquí: https://vimeo.com/109534436

Luego de un show a teatro lleno y expectante, entró Buenos Muchachos. Nada que decir. Cuando se está frente a unos cracks, una sólo tiene que acatar y en ese caso, así fue. Durante un repertorio que estaba dividido en círculos como el infierno de Dante, la banda nos mandó en un viaje por pasajes que hacen recordar esa complejidad tan linda de Spinetta, pero con tintes de blues y rock capaces de mandarnos a la mierda en dos acordes. Todo esto, amparado por una voz que no se encuentra en cualquier parte. Recomendado, así que como tarea para la casa, le recomiendo buscarlos en youtube y darles al menos 5 canciones antes de echar veredicto.

El día siguiente fue distinto: se venía el funk. Y gracias a los mágicos caminos de la música, esta emisaria del vino en tierras charrúas pudo conocer a dos grandes representantes del funk. O al menos llevarse una muy buena impresión de lo que pasa cuando sale la luna en Montevideo. Así fue como a eso de las 12:45am en Bluzz Live, algo así como La Batuta santiaguina, llegó a mí el sonido de AFC, un grupo de gurises que junto a 2 vocalistas y una banda detrás, me hizo pensar en que ese sonido sólo debe ser el resultado de meter a cypress hill+rage against de machine+funk+linkin park a una licuadora. Cracks. En la web: http://www.afc.com.uy/

Finalmente el broche de oro estuvo a cargo de Croupier Funk, los reyes de la noche. Con un ejército de músicos y una bajista que no daba descanso a 5 cuerdas, el show que lograron ejecutar no pudo sino dejar a todos con al menos un kilo de menos, porque en la fiesta, nadie dejaba de bailar. Agradecidos discípulos, sin duda, del funk más antiguo, de ese donde para lucirse había que tirar un buen paso. Todo lo anterior, complementado por un duo mixto que mantenía el agite entre la gente, soltando las caderas con cada canción. Porque más que estar ahí para cantar, se estaba ahí para gozar. Gloria pura. Con gran razón los tickets se habían agotado para sus shows del finde, pero lo bueno es que gracias al maravilloso mundo de la música y la suerte del chileno, pude verlos a todos al gratín.
Escúchalos acá: https://croupierfunk.bandcamp.com/

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