Porcupine Tree: justificando el delirio
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Porcupine Tree: justificando el delirio

Porcupine Tree: justificando el delirio

martes 11 de octubre, 2022

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Escrito por: Equipo SO

El grupo liderado por Steven Wilson demostró sus pergaminos y firmó uno de los mejores conciertos de la temporada. Un poco más de tres horas fue la dosis que Porcupine Tree administró a sus seguidores. Una velada que será recordada por mucho tiempo.

La cita era el viernes 7 de octubre de 2022. Un Movistar Arena expectante. Una visita que se demoró mucho en venir. Un encuentro esperado por décadas, hasta el punto de creer que no ocurriría nunca.

Pero sí ocurrió. Para el deleite de un recinto colmado, una feligresía que seguía los movimientos de sus clérigos y con mayor devoción los de Steven Wilson, su sacerdote principal. Porcupine Tree pagó su deuda con Chile (y el continente) con 21 canciones en poco más de tres horas de liturgia.

Puntualidad británica y comienzo arrollador con “Blackest Eyes”, esa memorable apertura del disco “In Absentia”. En ese momento, el Movistar casi se vino abajo. La masa vociferó con fuerza y comenzaba a alucinar desde el minuto uno. La banda interpretó todas las canciones de su último álbum “Closure/Continuation”, intercaladas con otros cortes de su extensa y nutrida discografía.

Todos los músicos destacaron en lo suyo. Richard Barbieri ambientando todo con sus teclados y qué decir de Gavin Harrison, un monstruo en las baquetas, llevando el pulso con decisión y elegancia. Lo mismo para el guitarrista Randy McStine y el bajista Nate Navarro, quienes no desentonaron. Más bien enaltecieron el sonido del grupo.

En medio, Wilson a pata pelada se paseaba por lado y lado del escenario, llegando a niveles altísimos de interpretación. Se le notaba distendido al cerebro detrás de Porcupine Tree. Sabía que tenía una deuda que pagar y que no existía la posibilidad de desilusionar a su feligresía.

Los clásicos dijeron presente (“Even Less”, “The Sound of Muzak”) y la primera parte del concierto aprobaba con creces. Después de un merecido intermedio de 20 minutos, el delirio continuó con “Fear of a Blank Planet” hasta llegar al máximo clímax del show: “Anesthetize”, una mega obra de casi 18 minutos que, sin exagerar, sacudió al Movistar, que ya hervía hace un buen rato. Sin dudas, este fue el instante más destacable de toda la presentación. Gigante. Magistral.

Otros momentos de concierto también quedarán en la retina por mucho tiempo. La interpretación de “Chimera’s Wreck”, canción que cierra el último álbum del grupo, fue memorable. Lo mismo ocurrió con “Collapse the Light Into Earth”, ya en el último tramo del show.

El final estuvo a cargo de uno de sus mayores himnos, pese a que nunca lo quiso ser: “Trains”, previa interpretación de “Halo”, del álbum Deadwing. La deuda que alguna vez tuvo Porcupine Tree se olvidó, se saldó y quedó con excedente a favor. Este concierto estará entre los mejores de la temporada por todos los ingredientes que tuvo. Un evento que pasó casi inadvertido a nivel mediático, pero que será inolvidable para quienes pudieron asistir. Tres horas desbordadas de calidad y profesionalismo, características que no abundan en la actualidad. La banda goza de muy buena salud, está en un momento exultante y eso se nota.

Gracias a Wilson y compañía por pagar su deuda. Pedir que vuelvan suena a pedir demasiado, pero dicen que en pedir no hay engaño. Lo que si no es un engaño es comprobar que mientras existan grupos como Porcupine Tree, podemos enfrentar el futuro musical con esperanza.

 

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