Rockalestero 2014, parte 2espera un momento...
martes 25 de noviembre, 2014
Escrito por: RodForChoice
Difícil cerrar un capítulo así. Rockalestero es una experiencia que deja huella. Y si la primera parte de esta versión 2014 fue intensa (reseña aquí), toda la energía subió mucho más al caer la noche. Nos permitimos fluir a la deriva de lo que el escenario de la VII región nos quisiera entregar y esto es lo que sucedió a eso de las 5 pm.
Desde la capital de nuestro chilito es el turno de los amigos de «Revolta». Queda muy claro porque se mantienen tan piola antes de subir, es que el #Fuuaaaa de este power trío es impactante. Muuuuy buen juego de voces rockeras, ambas cuerdas cantan bien, con chispeza y pasión. El batero es imponente, no por sus casi dos metros de altura, sino por el cañonazo que le mete al bombo. No me extrañaría que este hueón se pitee baterías. ¡¿Cómo no van a conquistar a los chascones locales?! La hicieron, tanto así que el guitarrista termina tocando abajo del escenario y cabeceando con el poco público que había. Poco, pero no menor, eran gigantes que prendían el ambiente.
Tras 40 minutos de show, el mismo que terminó cabeceando en el pasto con la guitarra al hombro, se pone su camisa, se queda piola y se sienta en la batería. Ya no corren pelusas de fluídos de árboles, sino el humo de la buena hierba que ambienta el show de «Huacho», también de Santiago. Me cuesta entender a estos cabros a la primera, es un show que debe verse completo y cachar la volá de los hermanos Mercado y compañía. El día se apaga y las luces se encienden completando la atmósfera ideal para este show. La voz de Fancisca es un elemento que entrega algo especial a la sonoridad de la banda, un «no sé qué», visteh.
La fuerza de Parral, su rock refrescante y prendido viene acompañado por un bajo funky bien slapeado y con mucho estilo. Esto es «Rockanova», una banda que lo deja todo en la cancha, se paran con pachorra y le meten huevos al show. Acá hay harto potencial, cabros de Chillán y Parral que si siguen haciendo esto en serio van a reventarla a futuro. Me pareció ver harta influencia de Guns and Roses en las guitarras y la voz, un bajista de sangre marrana heredada por la Familia Chilenita del Funk que, a pesar de ser nuevo en la banda, cae de cajón para completar esta selección de nueva escuela de rock chileno. Tal vez hay algo de los BBS Paranoicos en el batero, en fin, como sea, hay muchos factores aquí para que se sigan puliendo y lleven el estandarte de una nueva generación de rock. Insisto, en esta banda hay rock and roll de verdad, son cabros jugados que están empezando y que se paran como profesionales y sus amigos los siguen y los apañan. ¡Felicitaciones!
La noche se instala y junto a ella viene un legendario del rock emergente de la zona. Con la voz inconfundible de Cristian Icaza y los bajos punzantes se va encumbrando un power trío de calidad. «Vaicur», que ha pesar de ser un proyecto que parte en mayo de este año, se nota que sus integrantes tienen carrete y harta tocata encima. Es primera vez que los veía y se les notaban todos esos años y esa vocación por la música. Son rockeros de la vieja escuela y se mantienen vigentes por la convicción y el fiato en su rock. Son riffs entretenidos, letras con sentido y música desde las entrañas.
La noche avanza más lenta cuando se sube “Andrés Lecaros y Los Forajidos”. Tal vez es esa alma de forajido que uno lleva y no quiere que se acabe la experiencia de esta noche. Es que de esto se trata la música, de compartir en familia y siendo consecuente con lo que a uno le nace tocar. La pasión se siente y se traspasa. Se ve con un excelente show cada vez que toca, todos son capaces de disfrutar una música que fluye con naturalidad en los comensales que la interpretan. Nadie se queda quieto y todos bailan y no hace falta pareja para hacerlo. Esto es una volá pa disfrutarlo solo o acompañado.
Llegamos a otro punto tremendo de la jornada de #Rockalestero2014. Y la reflexión es simple. Con todo el respeto que se merecen, «Bruto» en vivo es mil veces mejor que en el disco. Cotiño es -al menos para mí- uno de los mejores frontman de la escena actual y es por eso que la experiencia en vivo de estos brutos retamboleados se hace tan poderosa. Súmenle a eso un batero que se alinea perfecto con el bajo, entrando y marcando los tiempos a la perfección, con rudeza y sutileza a medida que la música lo solicite. Las líneas de ese mismo bajo son precisas. No se necesita más ni menos. Y el chascón de la guitarra…jaja ¡es un tremendo personaje! Se comentaba entre el público, «ese hueón es muy chitoso», pero más allá de eso, las voces y el dominio de su Gisbson SG Classic son el último pilar para forjar este rombo de cuatro aristas que dejaron clavado en la media luna antigüa de Catillo.
De aquí en adelante, a la hora vale callampa. De aquí en adelante solamente estuvimos los de verdad. Sale a escena «Chevy», elemento principal para que esta fiesta se lleve a cabo. La tremenda banda talquina se sube simplemente a disfrutar y a demostrar por qué hacen lo que hacen. Son sólidos en vivo y son potentes. El Tocu, líder rockero de los Chevy es un frontman con carácter y lo demuestra cortando cuerdas y poniendo huevos ante el frío de la noche. Tras la accidentada cuerda, no demora mucho en aparecer la mano solidaria de un colega que presta el bajo para seguir con el show. Aquí no hay egos, solamente ganas de trabajar para la música chilena y es por eso que aportan organizando este festival para impulsar la música de la zona. El público apoya y se prende a pesar de la jornada agotadora. Aún hay bandas y vale la pena dormir poco, pues no es para menos lo que estaba por venir.
«Macho cabrío» literalmente sacaron al innombrable a cantar. Desde la jornada anterior nos llamó la atención este tridente motoquero. Son cabros que de verdad viven el rock arriba de la moto. Disfrutan en familia con los suyos y saben ponerse la camiseta y lo hacen con fierros, hermandad y camaradería. Una camaradería que los acompañó fielmente hasta altísimas hora de la madrugada, casi al amanecer, pero supieron piscolear hasta el final con su música. Comentaron que su disco estaba próximo a salir y, justamente, “Altibajos” ya está disponible para la descarga aquí. Amigo melómano, atento si pasea por Chillán, no se puede perder el talento de estos hijos del demonio.
Son más de las 4 de la mañana, más de las 5 tal vez. Preguntamos y nadie sabe qué hora es y porqué «V12» no quiso tocar si estaban todos ahí. Fue su opción y punto, hay que estar en sus zapatos antes de chaquetearlos por su decisión. En medio de la confusión se ve en la tarima un baterista y un guitarrista que instalan sus cosas. Incrédulos preguntamos qué cresta iba a pasar. Efectivamente, «Pantano» se subía a dejar la zorra y cantar para un puñado de zombies. No tengo más palabras, sino aplausos para estos locos. Lo mejor del festival. Es que más allá de cualquier cosa; que la hora del pico, que el poco público, que un integrante menos, estos cabros eran pura energía y, a mi gusto, fueron el estandarte del esta escena emergente. Aperrando con frío y viento en la cara y con todo en contra, haciendo la música que les nace. Estos hueones la rompieron.
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