Chagual – Sesión litoral (2021)espera un momento...
jueves 16 de diciembre, 2021
Escrito por: Jorge Cortes
La explanada en altura con vista al lugar dónde el mar se encuentra con la tierra fue testigo de la sesión en vivo del trío de La Serena, Chagual, una banda ecléctica con diferentes influencias que logran mezclarse bien gracias a las inquietas almas de sus integrantes. Si bien es un trío clásico formado por un baterista, una bajista/vocalista y un guitarrista/vocalista, no suena al típico trío rockero. De hecho, los componentes sonoros están tan bien posicionados que a simple oído no falta ni sobra nada. Todo está equilibrado, es como si se escuchara un muro sonoro compacto que atropella a cualquier oreja curiosa que escucha un atisbo del sonido de Chagual y si, aun así, el/la oyente no es cortejado por la banda, de seguro sus líricas lo harán.
La sesión abre con el sonido del mar susurrando al micrófono y con Chagual interpretando «Vendaval», una canción que parte siendo rock pop folk algo suave pero que cambia pasadito los dos minutos, cuando toda la suavidad queda borrada por las distorsiones y una vertiginosa línea melódica de guitarra para dar paso a un vozarrón femenino gutural clamando por la extinción de la humanidad.
“Cactus” es el segundo tema de la sesión que comienza calmado e instrumental. Tiene un micro puente entre versos que hace acordar en algo a Fulano o incluso a King Crimson, pero no, es Chagual. La voz femenina es la protagonista de la lírica de la canción, lo cual deja ver desde ya que estamos ante una vocalista experta en sus interpretaciones. Ojo, este tema también tiene una sección bastante hard rock que incluso coquetea con un riff cabezeable del mejor metal, un momento perfecto para hacer un mosh pit y hacer volar algunos dientes.
Una progresión bohemia se toma la introducción del primer tramo de “Añañuca”, para dar paso a un arpegio de bajo eléctrico que sumado a los acordes de guitarra son capaces de construir una ternura sobre la cual se posa la bella voz de la vocalista cantando «podría estar siendo canción sin temor». El resto es recostarse y disfrutar de esos enlaces de séptimas que aparecen en la armonía…hasta que la banda decida lo contrario. Y lo decide. Comienza una sección a un paso de llegar a ser algo disonante, pero es agradable, con los tres integrantes de Chagual subidos al mismo tren rítmico impulsado por el baterista que sutilmente comienza a acelerar hasta llegar el final.
Lo que sigue quizás sea un tema para caminar, ya que al igual que el resto de los temas, parte en calma aparente que permite apreciar la literatura de la letra. Sin embargo, todo cambia luego de la sección instrumental, ya que el vocalista toma el canto gutural para matizar la voz femenina. Hasta aquí la banda da cátedra de como sonar con fuerza sin abusar de las distorsiones. El “sonar potente” debe estar construido por una idea o un sentir, o ambos. Si eso no existe, ni la mejor distorsión del mercado podrá lograrlo. En cambio, cuando existe concepto y distorsión, como es el caso de Chagual interpretando «Caminata», no queda más que agradecer, comprarse el mejor shampoo para cabellos largos y comenzar a cabecear como cualquier chascón melenudo.
“Ocaso” hace lo inverso al resto de la sesión. Inicia con una voz de garganta pesada sumado a una ejecución más feroz de los instrumentos, luego bajan las revoluciones para escuchar uno de los arpegios más lindos y limpios de la sesión. Este tema tiene distintas influencias que van apareciendo en cada una de sus secciones, desde hardrock hasta el postrock, todas conviven en el tiempo de vida del track, sujetas e hiladas por el ímpetu de Chagual, una banda que no demuestra ningún miedo a construir bellísimos Frankensteins sonoros.
La última canción de la sesión, Epifanía, comienza con una sección instrumental que pareciera ser sacada de la mejor época del mathrock más purista. El diálogo complementado entre bajo y guitarra da aires juguetones que se pasean por una modulación de recorrido directo ayudado de un sensible pero ágil ritmo de la batería. Nuevamente aparece la voz de la bajista para arrullar al menos en una breve sección, mientras la idea del comienzo aparece y se esconde. Aquí cada integrante de Chagual tiene la oportunidad de demostrar todo su desplante instrumental, voz, bajo, guitarra y batería pueden resaltar en secciones sin perder de vista que son una banda y que se necesitan para poder sonar como ellos quieren.
Es grato poder recomendar y escribir de bandas fuera de la región central, tomando en cuenta que desde hace bastante se dice que el país está centralizado en todo aspecto. En lo musical lamentablemente también ocurre, pero Chagual ayuda a sacar el foco de la zona central y a punta de riffs, buenas composiciones, líricas introspectivas y variadas influencias, hace respetar los esfuerzos nortinos por demostrar que el rock progresivo chileno nunca murió, lo que pasa es que no suena en las radios…pero si suena en los servicios de streaming si el/la auditor(a) se aventura en escuchar.
Inglés
The landscape where the sea meets the land was witnessed the live session of La Serena trio, Chagual, an eclectic band with different influences that manage to mix well thanks to the restless souls of its members. While it’s a classic trio consisting of a drummer, a bassist / vocalist, and a guitarist / vocalist, it doesn’t sound like a typical rock trio. In fact, the sound components are so well positioned that nothing is missing or superfluous to the naked ear. Everything is balanced, it is as if a compact sound wall is heard that runs over any curious ear that hears a glimpse of Chagual’s sound and if, even so, the listener is not courted by the band, surely their lyrics will.
The session starts with the sound of the sea whispering into the microphone and with Chagual performing «Vendaval», a song that starts off as somewhat soft rock pop folk, but that changes after two minutes, when all the softness is erased by the distortions and a dizzying melodic guitar line to give way to a guttural female booming voice crying out for the extinction of mankind.
«Cactus» is the second song of the session that begins calm and instrumental. It has a micro bridge between verses that reminds something of Fulano or even King Crimson, but no, it is Chagual. The female voice is the protagonist of the lyrics of the song, which shows from now on that we are facing an expert vocalist in her interpretations.
A bohemian progression takes the introduction of the first section of “Añañuca”, to give way to an electric bass arpeggio that, added to the guitar chords, are able to build a tenderness on which the beautiful voice of the vocalist rests singing «podría estar siendo canción sin temor». The rest is to sit back and enjoy those seventh bindings popping up in harmony … until the band decides otherwise. And decides it. A section begins one step away from becoming somewhat dissonant, but it’s enjoyable, with all three members of Chagual’s on the same drummer driven rhythmic train that subtly begins to accelerate to the end.
What follows may be a topic to walk, since like the rest of the topics, part in apparent calm that allows us to appreciate the literature of the letter. However, everything changes after the instrumental section, since the vocalist takes the guttural cry to contrast the female voice. So far the band gives a lesson on how to sound strong without distortions abuse.
«Ocaso» is the ottherwise of the rest of the session. It starts off with a heavy throat voice coupled with fiercer playing of the instruments, then slows down to hear one of the prettiest and cleanest arpeggios of the session. This song has different influences that appear in each of its sections, from hardrock to postrock, all of which coexist during the life of the track, held and spun by the impetus of Chagual.
The last song, «Epifanía», begins with an instrumental section that seems to be taken from the best era of the most purist mathrock. The complemented dialogue between bass and guitar gives playful airs that go through a direct path modulation assisted by a sensitive but agile rhythm of the drums. Again the bassist’s voice appears to lull at least in a short section, while the idea of the beginning appears and hides.
Chagual helps to draw focus from the central country zone and at the tip of riffs, good compositions, introspective lyrics and various influences, they enforces the northern efforts to show that Chilean progressive rock never died, what happens is that it does not sound on the radio … but it does sound on streaming services if the auditor ventures to listen.
Este artículo ha sido visitado 608 veces, de las cuales 1 han sido hoy