Sonidos Ocultos

Ghost – IMPERA (2022)

De Ghost se ha escrito mucho en los últimos años. Desde su irrupción con su primer disco –Opus Eponymous- allá por el 2010, el grupo (¿o proyecto?) sueco siempre ha dado que hablar, para bien o para mal. Es que Ghost, aparte de su propuesta musical y estética, no tiene grises: es blanco o negro. Te gusta o no te gusta. Son dos facciones las que se enfrentan cada vez que se menciona a Ghost. Y creo, esa lucha es parte del fenómeno, del éxito que han alcanzado.

Los liderados por Tobias Forge la hacen de nuevo. Toman el éxito alcanzado con Prequelle (2018) y lo canalizan en IMPERA, la nueva entrega del grupo. Son 46 minutos atrapantes, con idas y venidas, no 100% sólido, pero sí consolida, aún más, el lugar que ha ganado Ghost en el medio. En IMPERA se combinan canciones teñidas de metal, ganchos pop, cruzando riffs y pasajes más tirados a la balada, que no hacen más que ratificar la exitosa carrera del grupo.

En IMPERA hay para todos los gustos. Ghost nunca ha abandonado su faceta teatral (de hecho, nunca lo hará, es parte esencial de su ADN) y este trabajo lo confirma. La apuntala, por así decirlo. Intercalan puentes musicales entre algunas canciones que funcionan bien. Los ochenta podrían sentirse orgullosos (¡y vigentes!) después de escuchar algunos tracks como “Kaisarion” o “Spillways”, que hace un guiño o quizás algo más a Bon Jovi, y son verdaderos mazazos, con pasta inmediata de hit. Así, van sucediendo las pistas y quedan al descubierto con total transparencia las intenciones de Forge. Y el oyente confirma: Ghost sigue siendo Ghost.

La capacidad de Ghost para crear himnos o canciones que queden en el inconsciente esta confirmada y en IMPERA la fórmula se logra satisfactoriamente. No sólo es de fácil digestión, sino que logra atrapar al oyente dentro de su maraña fantasmal. Efectiva, vale recordarlo. Canciones como “Hunter’s Moon”, “Watcher in the Sky” o “Twenties” (riesgosa, pero eficiente) quedan en dicha maleza espectral e incluso el cierre a cargo de “Respite on the Spitalfields” es recordable, gracias a un coro pegote, y una atmósfera épica, sin vergüenza alguna (en el buen sentido). El final perdiéndose en el silencio de la nada más infinita es una señal de que el camino de Ghost está lejos de terminar, aunque interpretaciones puede haber miles, especialmente cuando de ellos se trata.

Si bien la parte más débil del disco es el tramo final, no alcanza a decaer y eso se logra por la capacidad de la citada “Respite on the Spitalfields”. La verdad es que la propuesta de Ghost es clara y se le critica mucho por diversas razones, algunas vienen al caso y otras parecen disparates motivados por ignorancia o envidia, porque puede que Ghost esté sobrevalorado, inflado, pero sí es evidente que han sido capaces de cautivar a una enorme masa de seguidores con el correr de los años.

Desde los tiempos en que abrían los shows de los teloneros de Iron Maiden (en ese rol visitaron Chile el año 2013), Ghost ya sembraba los frutos que ahora cosecha. Puede que a algunos les patee, pero es una idea que ya ganó su lugar y que, además, no tiene fecha de vencimiento a la vista. Dependerá de Forge, de hasta dónde o qué altura quiere llevar a su criatura.

IMPERA sólo viene a revalidar y renovar las credenciales de Ghost. No es perfección (porque no existe), pero si garantiza un puñado de canciones pegotes, bien producidas, bien pensadas y con un fin claro. Forge y compañía lo lograron, elevando su teatralidad y música a nuevos niveles de éxito. Con IMPERA, la feligresía puede salir tranquila de la iglesia después de escuchar la última prédica de su sacerdote.

 

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