Greta Van Fleet – The Battle at Garden’s Gate (2021)espera un momento...
lunes 03 de mayo, 2021
Escrito por: Álvaro Molina
The Battle at Garden’s Gate es el tipo de disco que Greta Van Fleet debe haber estado soñando con realizar desde hace tiempo. En su segundo disco de estudio, la banda pareciera estar cada vez haciendo mejor lo que se propone. Los esquemas distintivos de blues, soul y hard rock zeppelinesco se mantienen, claro, pero aparentemente este joven cuarteto de Michigan encontró nuevos rumbos creativos.
Greta Van Fleet no dejó a nadie indiferente cuando salió al mundo en 2018 con su álbum debut Anthem of the Peaceful Army. La crítica se dividió; hubo algunos que resaltaron – de manera no muy halagadora – las comparaciones a Led Zeppelin, mientras otros pensaron que por fin aparecía una banda que reivindicaba el rock en un mercado dominado por el hip-hop y el R&B.
El fenómeno mediático y polémico de Greta Van Fleet, no obstante, se fue desinflando poco a poco. Luego de la tormenta de memes y ridiculizaciones, la banda comenzó a disfrutar las mieles del éxito. Tours internacionales a estadio lleno, ventas que se disparaban por las nubes, un ejército de fans leales. En fin, el sueño del pibe rockero de los setentas seguía vivo en pleno siglo XXI.
La banda continúa habitando ese ensueño rocanrolero, marcadamente influido por el sonido vintage de, bueno, Zeppelin (perdón por lo majadero) y los mundos fantásticos de Styx o Uriah Heep. Los hermanos Josh, Jake, y Sam Kiszka, más el allegado Danny Wagner, no necesitan, en definitiva, estar preocupados por el mundo moderno.
The Battle at Garden’s Gate ejercita el bagaje cultural del rock & roll de una manera similar a lo que Greta Van Fleet demostró en su primer álbum. Sin embargo, la ambición creativa de este nuevo trabajo va en una dirección que es cómoda para el cuarteto. Ellos tienen el control de las texturas y pueden hacer lo que quieran.
Ya sea en la épica «The Age of Machine» o con los riffs pesados de «Built By Nations», los hermanos Kiszka y compañía se dan el lujo de estirar y moldear las canciones a su antojo. En «The Barbarians», la voz de Josh Kiszka se lanza por los aires con alaridos y aullidos. Mientras, el resto de la banda conjura un escenario perfecto a lo Houses of the Holy.
«Heat Above» y la extensa «The Weight of Dreams» son el alfa y omega de The Battle at Garden’s Gate. Ambos temas, probablemente, son lo mejor que Greta Van Fleet ha sacado de su libro de hechizos. Las melodías se tornan emotivas, la base rítmica acelera y desacelera, y hay menos Zeppelin y más Rush. Porque si bien la creatividad de Greta Van Fleet encontró nuevos aires en comparación a su disco anterior, estos aún se mantienen atados a lo retro.
A pesar de que las inútiles comparaciones entre Greta Van Fleet y el mundo setentero son cansadoras, lamentablemente, son inevitables. El cuarteto es virtuoso y encaja bien dentro de lo que buscan hacer. No obstante, su fuerza creativa tiende a diluirse rápidamente por esa misma razón. El afán de hacer cosplay de una época es, aparentemente, lo que los mantiene unidos. Los hermanos Kiszka y Danny Wagner saben bien cuál es su rumbo. Lo demás, viene solo por añadidura.
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