La Renga, una de las bandas emblema de la escena argentina, veteranos con una carrera que supera los 30 años…“los mismos de siempre”, están de regreso. Y sí. “Alejado de la red” es lo nuevo del grupo de Mataderos.
Nuevo porque se trata de nuevo material y nuevos rumbos; rumbos que transitan el presente, pero que aluden a su propio pasado musical intentando dar zarpazos a esa magistral discografía y, a la vez, tratando de surcar el cielo impulsados por nuevos sonidos. En ese deambular sónico está “Alejado de la red”.
Rescatable, no obstante, es el intento de La Renga por buscar nuevos caminos. El trabajo cuenta con 9 canciones que fueron lanzadas intermitentemente durante los últimos 2 años. Y, tal como hemos visto, han sido 2 años bastante movidos. No sólo para La Renga y Argentina, sino que para el continente y el mundo. Eso queda plasmado nítidamente en el álbum.
Si bien las letras no alcanzan altura de himno como en épocas pasadas, la temática social está presente; esa que combina los problemas sociales con declaraciones de principios, resistencia ante lo establecido y resiliencia a toda prueba. La Renga es así. Si a esto le agregamos la potencia musical, con genuinos niveles de experimentación, el resultado es bastante particular.
Es cierto que la esencia sigue intacta, pero las canciones no logran congeniar como un todo, pese a que hay destacadas pistas. “Parece un caso perdido”, “Flecha en la clave” y “Llegó la hora” están en ese grupo, siendo la última quizás el punto más alto. El tramo final del álbum, es decir, desde “En bicicleta” (¡otro acierto!) en adelante, y que completan “El que me lleva”, “Para que yo pueda ver” finalizando con “Alejado de la red”, son el bloque más estrafalario, si es que se puede denominar de alguna manera. Al debe, o dicho gastronómicamente, no alcanzaron a cuajar: “Buena pipa” y “Elefantes pogueando”.
El disco deja al descubierto una búsqueda musical iniciada por La Renga, sin olvidar jamás su sonido base. Los buenos de Tete y Tanque siguen machacando como siempre, dotando de fuerza las letras y guitarra de Chizzo, que esta vez suena psicodélica y setentera, en una clara muestra de los nuevos rumbos e intentos de reinventarse. Los solos de guitarra son uno de los pilares de esta nueva entrega, aunque también es relevante el rol que cumple el bajo, mostrando una faceta más preponderante durante determinados pasajes del álbum. En ese plan, los ensayos son válidos, siempre. Y La Renga tiene una espalda tal como para darse el espacio (en su concepto musical y temporal) de experimentar lo que se le plazca.
“Alejado de la red” tiene los clásicos ingredientes de la ancestral receta de La Renga, sumando esta vez, algunos aliños que entregan sabor y, a ratos, amargor. Sin embargo, creo que de eso se trata. La Renga bien podrían instalarse y repetir la fórmula (como otras bandas), perdiendo así el espíritu de avanzar, tropezar y volverse a levantar. Mientras eso ocurra, “Los mismos de siempre” seguirán ahí…en el caminito al costado del mundo.