Sin llegar a ser deslumbrante, y sin acercarse a ser un disco de colección, “The Sick, The Dying…and The Dead! es un buen regreso de Dave Mustaine y compañía. Después de 40 años repartiendo balas a diestra y siniestra, qué más se les puede pedir. Es la verdad. Mustaine puede hacer lo que quiera, cuando y como quiera.
A pesar de todo, Megadeth garantiza lo que siempre cualquier seguidor, curioso o novato, busca en un trabajo del grupo: potencia, velocidad y riffs para regalar, cual Viejo Pascuero. Además, dicen presente los afilados solos de guitarra, cortesía del buen Dave y Kiko Loureiro.
La primera canción, que le da el título al álbum, es un hit seguro. Reúne todos los condimentos de una canción de Megadeth. Guiños al pasado glorioso con un sonido actual. Lo cierto es que el disco es un conjunto de canciones agresivas, que dejan en manifiesto la actitud gruñona de Mustaine, esa hostilidad en las letras, sin dejar la crítica social y la ironía, atacando sus temas predilectos: la política, la guerra, y, claro, la muerte y la miseria.
“Life in Hell”, “Night Stalkers” (que va como un torpedo a la velocidad de la luz hasta que se topa con la innecesaria y forzada participación de Ice-T) y “Dogs of Chernobyl” (atención a este track) son buenos ejemplos de lo que encontrará en “The Sick…”. Cada una es una bala de distinto calibre que es disparada desde la misma pistola de siempre, esa que lleva el sello de Mustaine. Si bien hay algunas inconsistencias que no aportan mucho al disco en su conjunto, mas vale quedarse con lo que sí aporta. “We´ll be Back”, canción que fue estrenada como primer single allá por junio de este año, es de lo más destacado. Fue un gran adelanto que elevó, quizás demasiado, las expectativas. A veces eso es bueno, otras veces no tanto.
Algo que sí aporta es que Megadeth te da de su medicina siempre que la vas a buscar. Puede ser que algunas canciones estén un poco alargadas innecesariamente (hecho que le resta solidez al disco), pero la esencia thrash, el espíritu combativo y los mensajes en clave demoledora sí aparecen en plenitud. No hay que olvidar que Mustaine es, a estas alturas y con todo el océano que ha pasado bajo su puente, un sobreviviente. Un soldado. Un veterano. Uno que ya viene de vuelta. Uno que ha tenido una vida que de seguro hubiese liquidado a cualquiera. Pero no a él.
Desde esa perspectiva, el álbum cobra un valor en sí mismo (obviando todos los detalles que uno quiera encontrarle). Siempre ha sido estimulante que Megadeth edite nuevos trabajos, siempre hay una que otra pista que entra en el listado de canciones favoritas. Al mismo tiempo, la novedad y lucidez de seguir trabajando mantiene al grupo vigente y fresco, a pesar del desgaste de su líder. Los nuevos músicos (James LoMenzo en reemplazo del histórico David Ellefson y Dirk Verbeuren en las baquetas) aportan su cuota y estampan su firma con propiedad sabiendo que el dueño del boliche siempre será Mustaine.
“The Sick, The Dying…and The Dead! vale la pena escucharlo. Como ya explicó este escribano, el álbum trae la receta infalible que ha disparado Megadeth durante casi toda su carrera. No lo aplaudirá hasta el hartazgo, pero si se quedará con la sensación de que uno de los bastiones del thrash metal sigue en pie, estoico y resistente. Y con eso basta para que sigamos durmiendo tranquilos.
Megadeth – The Sick, The Dying… And The Dead! (2022)
Without being dazzling, and without coming close to being a collector’s album, “The Sick, The Dying…and The Dead! It’s a nice comeback from Dave Mustaine and company. After 40 years handing out bullets left and right, what more can you ask of them. It’s the truth. Mustaine can do what he wants, when and how he wants.
In spite of everything, Megadeth guarantees what any follower, curious or novice, always looks for in a work by the group: power, speed and riffs to give away, like Old Christmas. In addition, the sharp guitar solos are present, courtesy of the good Dave and Kiko Loureiro.
The first song, which gives the album its title, is a sure hit. Collect all the spices of a Megadeth song. Winks to the glorious past with a current sound. The truth is that the album is a set of aggressive songs, which reveal Mustaine’s grumpy attitude, that hostility in the lyrics, without abandoning social criticism and irony, attacking his favorite topics: politics, war, and Of course, death and misery.
“Life in Hell”, “Night Stalkers” (which goes like a torpedo at the speed of light until it runs into the unnecessary and forced participation of Ice-T) and “Dogs of Chernobyl” (attention to this track) are good examples of what you will find in “The Sick…”. Each one is a different caliber bullet fired from the same old gun, the one with Mustaine’s stamp on it. While there are some inconsistencies that don’t add much to the album as a whole, it’s better to keep what it does add. “We’ll be Back”, a song that was released as the first single back in June of this year, is one of the highlights. It was a great advance that raised, perhaps too much, expectations. Sometimes that’s good, other times not so much.
Something that it does contribute is that Megadeth gives you its medicine whenever you go to look for it. It may be that some songs are a bit unnecessarily long (a fact that makes the album less solid), but the thrash essence, the combative spirit and the messages in a devastating key do appear in full. Do not forget that Mustaine is, at this point and with all the ocean that has passed under his bridge, a survivor. A soldier. A veteran. One that is coming back. One who has had a life that surely would have killed anyone. But not him.
From that perspective, the album takes on a value in itself (ignoring all the details that one wants to find on it). It has always been exciting when Megadeth releases new works, there is always one or another track that enters the list of favorite songs. At the same time, the novelty and lucidity of continuing to work keeps the group current and fresh, despite the wear and tear of its leader. The new musicians (James LoMenzo replacing the historic David Ellefson and Dirk Verbeuren on the drumsticks) contribute their share and stamp their signature with property knowing that the owner of the bowling alley will always be Mustaine.
“The Sick, The Dying…and The Dead! it’s worth listening to. As this scribe already explained, the album brings the infallible recipe that Megadeth has triggered for almost its entire career. He won’t applaud him ad nauseam, but he will be left with the feeling that one of the bastions of thrash metal is still standing, stoic and resistant. And that is enough for us to continue sleeping peacefully.