Napalm Death «Scum» (1987)espera un momento...
lunes 30 de septiembre, 2024
Escrito por: Equipo SO
«Scum»: Napalm Death y el ruido inconformista de la supervivencia
Por Claudio Miranda.
Durante los años en que el thrash metal se convirtió en un fenómeno, de la mano de Metallica, Slayer y Kreator. 1987, el año en que Guns N’ Roses redefinía el peligro en el rock n roll con su LP debut «Appetite for Destruction«. Los años del hard rock con cabellos escarmenados y el heavy metal cada vez más pulido, con la power-ballad y el estándar de MTV dictaminando el alcance masivo. En el plano global y político, el mundo estaba dividido en dos bloques y la Guerra Fría llegaba a su punto más tirante, con el presidente de USA Ronald Reagan llevando a cabo su plan de defensa estratégica, también denominada «La Guerra de las Galaxias».En el lado oriental, los efectos del desastre de Chernobyl van de la mano con una política de reestructuración interna de la hoy desaparecida Unión Soviética, llamada también ´Perestroika’. impulsada por el presidente Mijaíl Gorbachov.
En Chile, 1987 fue el año de la visita histórica del Papa Juan Pablo II. Un acontecimiento que refleja los turbulentos aires de un país en plena dictadura, con la represión y la censura a la orden del día. Un Chile hundido en el oscurantismo absoluto, del cual tardaría décadas en salir y sus efectos a nivel cultural serán igual de gravitantes que la radiactividad en Chernobyl y sus alrededores.
En un panorama global de tamaña índole, y con nuestro país lidiando con la cerrazón de un régimen totalitario, 1987 será el año en que una banda inglesa, originaria específicamente de Birmingham, cambiaría para siempre el rumbo de la música extrema. Una banda formada por quinceañeros que se iniciaron tocando música cruda y urgente, a la usanza de Crass, Discharge y Amebix, con alguna inclinación hacia el sonido proto-industrial de Killing Joke y las texturas disonantes de Sonic Youth. Y Por otro lado, y si bien su lazo natural con el hardcore-punk se notaba a todas luces, el componente ‘metalero’ venía de sus gustos por Voivod, Bathory, Death, Sepultura y los inicios de Death. El resultado de dicha mezcla sería un hardcore extremo, también llamado grindcore. Un estilo de naturaleza bastarda, incomprendido y vapuleado por quienes jamás vieron venir tamaña descarga de honestidad y resquemor anti-conformista. Y, por lejos, el punto definitivo de encuentro entre el punk y el metal en un mismo sentimiento de protesta y denuncia hacia el status quo.
Con una discografía extensa y sólida en todos sus surcos, las cuatro décadas de Napalm Death en la carretera no se pueden entender sin un disco seminal en todo aspecto. «Scum» no es solamente un LP debut, sino una declaración de principios. Lo que los musicólogos en su tiempo tildaran como «una masa de ruido ilegible», incluso haciendo hincapié en la supuesta «pobreza» técnica de sus creadores, en realidad es un despliegue de fuerza y agresión llevado hacia un extremo demencial. Ruido feroz hasta el sudor y tapada en sarro, ninguneada por los puristas de la escala pentatónica.
Los datos fríos son de no creer, ni en su momento ni hoy. 28 canciones en un LP cuya duración bordea los 33 minutos. En promedio, menos de 1 minuto dura cada corte, sin duda una ridiculez para los estándares musicales de ayer y hoy. Lo otro, cada lado del vinilo o cassette fue grabado por una formación distinta, donde el único nombre presente en todo el redondo es el baterista Mick Harris, quien se retiraría unos años después de la banda para emprender su proyecto electrónico llamado Scorn, entre otras incursiones futuras. Sin duda, un valor agregado si consideramos que en Napalm Death siempre primó el objetivo en común por sobre el individualismo.
El lado A, además de Mick Harris, incluye a Nic Bullen en bajo y voz, y a ‘un tal’ Justin Broadrick. Desde la bruma de mugre y furia que es «Multinational Corporations», queda claro que Napalm Death toma un estilo poco y nada de digerible. Hay un mensaje político que se escucha fuerte, y que en «Instinct of Survival», pese a su riff certero, toma forma y movimiento sin guardarse nada. Con lo justo, igual que en las siguientes «The Kill» y «Scum», donde reinterpreta tanto la esencia del free-jazz como el sonido doom de Black Sabbath para después arrasar con todo a su paso. La desesperanza de vivir en un sistema implacable, la estupidez que fomentan los medios de consumo masivo y la falta de pensamiento crítico son temas recurrentes y, le dan a Napalm Death una transversalidad que le da un carácter superior al de cualquier etiqueta de turno.
Hablábamos de canciones de duración brutalmente corta, y «You Suffer?» bate todos los récords con su 1,316 segundos. No obstante, «You suffer, but why?», es lo que grita Bullen como un recordatorio sobre la idiotez y el autoengaño, al punto de que el sufrimiento atribuido a la divinidad de turno no es más que la consecuencia de nuestra propia estupidez. El efecto propio de un golpe al mentón, suficiente para dejarnos tambaleando sobre un terreno fuerte en apariencia pero frágil por culpa de nuestra soberbia.
El otro lado del disco, quienes acompañan a Mick, también tendrían un Curriculum Vitae a desarrollar durante las próximas décadas. Lee Dorrian en las voces (fundador de Cathedral y propietario del sello Rise Above), un Bill Steer de 16 años en guitarra y el bajista Jim Whitely. Las tensiones en la interna y la perdida de interés en el proyecto por parte de Nic Bullen, donde en otro caso pudo culminar en un fracaso, fue un imprevisto con resultados positivos para mantener la coherencia en la producción. Justin Broadrick tomaría las baquetas en Head of David y, poco después formaría Godflesh. Steer se haría cargo de las seis cuerdas, para grabar un par de trabajos más con los de Birmingham antes de dedicarse a tiempo completo a Carcass.
La urgencia del cambio repentino en pleno proceso, explica las sutiles diferencias con la alineación anterior. «Ilusiones destrozadas, una existencia de mentiras, una lucha constante, libertad negada», el fraseo brutalmente desalentador de «Life?». Así como «Success?» de alguna manera ‘predice’ el fenómeno de las celebridades en redes sociales, los denominados «influencers» y a todos quienes buscan y obtienen fama inmediata por el afán de ser relevantes, al costo que sea.
Mirada en menos y todo , pero «Pseudo-Youth» es una cachetada a la uniformidad y el conformismo de una juventud cuya postura «rebelde» no es más que un medio para complacer a tu entorno, incluso yendo «a la contra» en vez de apelar a la convicción propia. La podemos hermanar fácilmente con «Moral Crusade», una denuncia justa y necesaria hacia los paladines de la moral, quienes fingen «corrección política» para disfrazar lo podridos que están adentro en realidad.
Si bien Napalm Death se mantiene firme desde entonces con un catálogo maravilloso e imbatible, está claro que «Scum» tiene una importancia imposible de desconocer. No es solamente la piedra angular de un género determinado, sino que, además de tomar el estandarte que portaba Discharge en 1981-82, fue la carta de presentación de unos Napalm Death que la tenían clara en todo aspecto. La música extrema no era solamente rapidez, gritos guturales y letras sobre demonios, guerra y asesinatos. También reflejaba la urgencia de gritarlo todo en un mundo donde la basura, lamentablemente, rige los destinos de quienes estamos marcados para morir mientras pagamos nuestro consumo en cómodas cuotas. Y todo eso con lo mínimo en producción y el máximo en ruido.
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