Escrito por: Equipo SO

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• Land of Sleeper
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Por Álvaro Molina (@alvaromolinare)

En una reciente entrevista a Bandcamp, Matt Baty, el carismático líder de Pigs Pigs Pigs Pigs Pigs Pigs Pigs (de aquí en adelante “Pigsx7” para simplificar las cosas y ahorrar espacio), explicó: “La música me permitió abrir las compuertas del terror existencial y empujarlo realmente, o al menos tratar de encontrar el límite […] Encuentro tantas facetas de la vida confusas, sobre todo mis propias respuestas emocionales. ¡La mayoría de las letras que escribo son tratando de descubrir qué mierda significa todo esto!”.

La banda, formada en Newcastle en la segunda mitad de la década pasada, entra en la catarsis del pánico con Land of Sleeper, su tercer larga duración lanzado al alero del sello sueco Rocket Recordings, una casa de orates para la psicodelia contemporánea y sus diferentes ramificaciones. Aquí se entremezclan, en un potente cóctel alucinógeno, la acidez underground del proto-metal setentero, la energía de Lemmy Kilmister si nunca hubiera abandonado la nave espacial de Hawkwind y el doom de Sabbath a un volumen que revienta cualquier amplificador de vuestra preferencia.

 

Luego de los potentes King of Cowards (2017) y Viscerals (2020), una serie de giras alrededor de Europa para mostrar su lado más estridente y el freno obligatorio de la pandemia, Land of Sleeper amplía la cochina paleta de Pigsx7 de forma que hard rock o doom o psicodelia son conceptos que quedan cortos.

El quinteto alcanza su set musical más escandaloso en estas ocho canciones que destilan sudor, humedad y ácido corrosivo. El blues desértico en la obertura con “Ultimate Hammer” desata una tormenta que entrama desde ZZ Top, pasando por el descaro de The Stooges, hasta la opresión de Sleep. La desazón y angustia exudan en “Big Rig” y “The Weatherman”, esta última con la ayuda de Kate Smith (Bonnacons of Doom) y un coro que incluye entre sus filas a Richard Dawson, el maestro del folk británico más amargo.

La sensación de delirio existencial es transversal a lo largo de los cuarenta minutos de propulsión que Pigsx7 logra encender. La confusión, el desaliento, la mirada a un sueño que se convirtió en una pesadilla y la otra cara de la moneda en medio del terror pospandemia. Sin reinventar la rueda ni necesariamente apostar por desmarcarse de sus contemporáneos, las canciones de Land of Sleeper abren otro camino, uno más catártico y, sin duda, el más entretenido dentro del cada vez más excitante tapiz de música contemporánea pesada.