Un “zenit” se conoce como el punto en que se interceptan la vertical de un cuerpo con el punto más elevado en el cielo. Es un concepto que, al mismo tiempo, tiene una fuerte carga espiritual. De liberación y elevación y catarsis. La reinterpretación que hace Pupila Spectra de esta idea es la de una ciencia ficción musical, abundante de espiritualidades y visiones pseudo-apocalípticas. Oscila entre el pop psicodélico de “Electrifícate” y “Cavenna”, la expansividad space rock en “Eterno Amanecer” e incluso una exploración al sonido sinfónico y orquestal en la épica “Gloria Lejana” y sus referencias al mito de Ícaro.
Y entonces. Estamos frente a un disco que va más allá de la trivialidad e intenta entregar una idea o concepto o pensamiento. Son ocho temas que sirven como una ventana musical y emocional a la mente de Diego Perinetti, el multi-instrumentalista detrás de la imaginación de Pupila Spectra. “Zenit” se inicia como un relato con la orquestación de “Gloria Lejana” y su ritmo apresurado, enérgico. Es el preludio para el lanzamiento hacia la bóveda del cielo y alcanzar el cénit, en donde la profecía dicta que “A través del mar, vino la vida a buscar, el principio y final, zarpando en tierras lejanas… Hoy me vienen a buscar, con los dos brazos hirviendo, seré diluvio de sal, que abrirá las puertas del karma”. Y como segundo costalazo llega “Himno del Cielo”, con sus reminiscencias a la espacialidad de The Flaming Lips o Stereolab y a esa sensación de “ladies and gentlemen, we are floating in space” como pregonaba Spiritualized.
Es un disco que se construye en base a numerosos esquemas sonoros, matices musicales, capas lisérgicas y un fino hilo de pulcra producción. La sinfonía space rock de “Pacto del Tiempo” recuerda a veces a Tame Impala, pero para no joderse con comparaciones superfluas, Perinetti y sus colaboradores logran armar esta catarsis musical como una banda sonora de ciencia ficción y revelaciones apocalípticas: “Puede que la brisa del viento guardará distancia del Alba, puede que la esperanza me olvidará, como lo hizo el pacto del tiempo”. De esta manera, no se puede olvidar que “Zenit” también contiene una espiritualidad particular, una conceptualización sobre “la narración de un falso mesías, alienación y distopía mundana” tomando las palabras y reflexiones de Perinetti.
Y, en fin. Llegamos a ese punto alto de la bóveda celeste con el pop barroco de “Ismael”. Aquí se resume un poco la experiencia sónica y lírica vivida en “Zenit”. “Ismael, pórtate bien, puede ser que tus amigos volverán / Puede ser que el tiempo lo haga cambiar, o quizás no vuelva más / Tus amigos vendrán desde la alta montaña” es el mantra que cierra las revelaciones hechas por Diego Perinetti en un disco que logra trascender la imaginación y se desprende de sí mismo, convirtiéndose en un trabajo cósmico, experimental y con su propia poética musical. Un acierto y logro rotundo.