Nicolás Quinteros (teclados/piano) creador y líder de la agrupación nacional Delta, ha lanzado su nuevo disco solista en el cual la instrumentación de los sonidos y las virtuosas interpretaciones entregan un estilo propio, entregándonos un rock donde no existe la voz, siendo los riff de guitarras y teclados fundamentales a la hora de acompañar una batería que suena como si estuviesen interpretando un rock progresivo de los años 70.
El proyecto solista de Quinteros se llama “Q”, y se caracteriza por rescatar y actualizar los elementos utilizados en el rock progresivo de décadas anteriores asimilándola por supuesto a los nuevos sonidos metálicos que tanto le gusta realizar a Nicolás. Dentro de este proyecto destacan la participación de Carlos Figueroa en batería, Pato Trujillo en guitarra y Marcos Sánchez en el bajo, además se puede destacar la participación del guitarrista chileno Benjamín Lechuga (Delta) en uno de los tracks, recordar que este eximio de la guitarra nacional ganó una beca para estudiar en Londres, Inglaterra, en el Institute of Contemporary Music Performance, siendo escogido por el mismísimo Steve Vai entre 100 guitarristas de todo el mundo.
El primer disco del proyecto Q “Abducción” consta de 9 tracks, y se encuentra en el mercado nacional e internacional desde Julio de 2011 vía Mylodon Records, sello nacional dedicado al rock progresivo que trabaja junto a 25 distribuidores a nivel internacional destacando su lazo con Musea Rercords (Francia) Black Widow (Italia), Rock Symphony (Brasil), Syn-phonic (Usa).
¿Cómo suena el disco?
Suena de una manera realmente espectacular logrando un sonido similar a lo que realizan grandes agrupaciones mundiales como los mismos Dream Theater, tal sonido podría estar sonando perfectamente en todas las radios de rock del mundo, un teclado inteligente que se asocia de manera predilecta con la guitarra y el bajo, dejando de lado la voz que muchas veces empañan a este tipo de agrupaciones.
Si bien en la actualidad existen varios discos instrumentales en la industria musical chilena, creo que este es el mejor logrado, ya que aparte de reunir elementos clásicos del rock progresivo como el cambio de ritmo constante o la prolijidad de su sonido, logra encontrar su propio sello y estilo. Lo que me gustaría destacar también es que es un disco entretenido y que trasmite de alguna manera el cómo fue grabado, con una banda de músicos virtuosos que logran compenetrarse y que derrochan talento en cada nota.
La variedad de estilos también es totalmente destacable, ya que no sólo se imprimen melodías rockeras, también hay un espacio para la tranquilidad y las atmosferas melódicas, donde también hay espacio para sonidos más jazzísticos y armónicos. Un trabajo exquisito que te dejará totalmente conforme, esperemos que estas iniciativas motiven a nuevas generaciones musicales para arriesgarse a hacer cosas diferentes.