Desde Concepción y su intenso circuito, del que se habla poco en la capital, apareció en internet el primer disco de The Polvos. Aunque la banda es nueva y lo lanzaron sin promoción, tienen un destacable prontuario encima, con dos miembros de Kayros, Nacho Mora (guitarra y voz) y Pancho Pavez (que pasa del bajo a la guitarra y los efectos/sintes). Se suman otras seis cuerdas, un bajista y un baterista( Roberto Mora), el cual tocaba bajo en la banda SuperCabrón, para hacer lo que ellos denominan “Garage Psicodelic Space Punk Rock” (sic), lo que resume bastante los sonidos que pueden encontrarse mezclados y asomándose en cada canción.
El debut de este proyecto es una energizada expedición de rocanrol espacial, con un lisérgico giro a sus claras raíces de ondas stoner. Una senda que Hawkwind abrió para todos los que se aventuraran a tocar riffs ácidos con manos de punk, agregando en ocasiones las máquinas para iluminar los eternos viajes de la improvisación. En esa ruta abre “Darkness Emotion”, una hipnosis guitarrera y motorizada por el golpe constante de la batería que sigue en “Sahara”, pero esta vez lanzándose con todo sobre las alfombras de sintetizadores que tiran rayos láser.
La música toma un subidón con “Undirections”, una épica de carretera. “Elephant” sobresale por su robótico andar marihuanero, donde las influencias pesadas sobresalen en un ondulante andar. “The Fall” y su introducción de teclas épicas entrega lo que promete: una caída apacible en capas densas de cuerdas y energía heavy rock. “The Addiction” despega desde los espectros eléctricos de teclado a un galope lleno de efectos chirriantes que ululan desde todas direcciones, con pianos metálicos incluidos. “Walk Down The Street” cierra de forma más relajada y oscura el álbum, resaltando una línea de bajo rugiente e incansable, diluyendo el sonido en un pozo de reverberancia hasta el final.
Los Polvos han levantado un primer disco con un atrevido vuelo experimental, definiendo un sonido heavy punk que destila esencias psicotrópicas. Será interesante ver en qué derivan sus nuevas aventuras si continúan con el ímpetu de mezclar e intensificar más sonidos en la olla.
